Evitar el sexo en la menopausia por miedo al dolor

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Las mujeres desde hace décadas son el motor de cambio de las sociedades desempeñando una importante labor familiar, social y laboral. Pero con la madurez la mujer experimenta importantes cambios fisiológicos que pueden producir síntomas molestos. Muchos de ellos son conocidos, otros lo son menos, como el dolor en las relaciones sexuales, también llamado dispareunia.

Este dolor es el factor más importante implicado en el cese de la actividad sexual de la mujer, asociándose a una menor excitación sexual, menor placer físico y menor satisfacción emocional lo que puede afectar a la relación de pareja, además de a la confianza en sí misma.

En la menopausia la principal causa de dispareunia es la atrofia vulvo-vaginal (AVV), una condición causada por el descenso del nivel de estrógenos propio de este periodo. La consecuencia, los tejidos de la vagina se hacen más finos, más frágiles, con menos pliegues y empiezan a estar menos lubricados. Por este motivo, se puede notar picazón, sentir dolor o tener algún sangrado después de las relaciones sexuales.

La dispareunia tiene distintos grados de dolor, desde soportable hasta intolerable:

  • Primer estadio: existe dolor, pero no imposibilita la penetración vaginal.
  • Segundo estadio: el dolor impide a veces la penetración vaginal.
  • Tercer estadio: cuando el dolor hace imposible por completo la penetración vaginal.

Otras causas

A pesar de que la atrofia vulvo-vaginal es uno de los principales motivos de la dispareunia durante y tras la menopausia, hay que consultar siempre con un especialista, ya que se puede sufrir dolor por otros motivos como:

  • Infecciones.
  • Vaginismo: cuando existe una contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que impiden cualquier penetración en la vagina.
  • Trastornos psicológicos.

Se estima que dos de cada tres mujeres en la postmenopausia evita tener relaciones sexuales para no padecer el dolor que sufre en el momento de la penetración. Por otra parte, un estudio que evaluó el impacto de la salud vulvovaginal en las mujeres postmenopáusicas demostró que un tercio de las mujeres con dispareunia tuvo relaciones sexuales al menos una vez a la semana a pesar del dolor que estaba experimentando.

Sin embargo, los tiempos cambian y vivimos en una sociedad en la que la sexualidad se vive con más espontaneidad y de forma más libre. Por eso, el problema de sufrir dolor durante las relaciones sexuales cada vez es más frecuente en las consultas de ginecología porque un mayor número de mujeres demandan soluciones a un trastorno que hasta hace unos años no se presentaba, o bien, porque las mujeres no preguntaban, o bien, porque no se incluía este aspecto en la historia clínica.

Consulte a su médico

Ni el interés ni la actividad sexual desaparecen con la edad, y aunque la sexualidad tras la menopausia puede ser muy diferente de unas personas a otras, lo importante es disfrutar de ella. Hoy en día cada vez más mujeres pasan un tercio de su vida tras la menopausia. No es necesario evitar las relaciones sexuales por dolor, teniendo en cuenta que hay alternativas que se adaptan a los diferentes modos de vida y necesidades de las mujeres. Lo más adecuado es acudir al médico para identificar la opción más adecuada para usted.

Referencias

  • Nappi RE, Climacteric 2015; 18: 233-240
  • Nappi RE, et al. Maturitas 2013; 75:373-379
  • Nappi RE and Kokot-Kierepa M. Climacteric 2012; 15:36-44
  • Parish SJ, et al. Int J Womens Health 2013; 5: 437-47

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