Mantener una buena salud vaginal

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De la misma manera que cuidamos las partes externas del cuerpo, también es importante hacerlo con las partes más íntimas. En concreto, en la mujer mantener una buena salud vaginal es crucial para mantener la funcionalidad de la vagina. Esta forma parte del aparato genital femenino, es un ecosistema dinámico que va cambiando durante el propio ciclo vital de la mujer, desde el nacimiento hasta la postmenopausia. Por ejemplo, los cambios y desequilibrios hormonales alteran las condiciones de humedad y pH de la misma.

Así que, mantener un buen ecosistema vaginal (equilibrio entre los microorganismos que lo componen y el ambiente que les hospeda) ayuda a prevenir trastornos vaginales, como infecciones, sensación de sequedad, disfunciones sexuales, etc.

Flujo vaginal, microbiota y estado hormonal

El flujo y la microbiota vaginales son dos factores fundamentales para la salud vaginal. El hecho de tener cierta cantidad de flujo vaginal es normal, especialmente si se está en edad fértil, siendo la ovulación, el embarazo y la excitación sexual las situaciones más importantes en las que puede aumentar la cantidad de flujo. Éste suele ser transparente, blanco o amarillento. Y cuando cambia súbitamente de color, olor o consistencia o aumenta o disminuye en cantidad de forma significativa, puede ser indicio de una infección, entre las que destacan la vaginosis bacteriana, la clamidia o la candidiasis vaginal.

Y la microbiota, ¿cómo puede afectar a la vagina? El término microbiota (antes llamada flora) se utiliza para hacer referencia a la comunidad de microorganismos vivos que residen en la vagina. Los microorganismos más abundantes y más beneficiosos son los Lactobacillus que se encargan de  mantener el equilibrio y proteger la vagina de las agresiones.

Tanto factores externos como internos pueden alterar el equilibrio de la flora vaginal. Algunos de ellos son: la edad, fase del ciclo menstrual, actividad sexual, el uso de métodos anticonceptivos, el embarazo, el aumento o disminución del pH vaginal, consumo de antibióticos o utilización de determinados productos higiénicos.

Así, cuando la concentración de lactobacilos en la vagina disminuye mucho, otros microorganismos que se encuentran también en la vagina sana pueden proliferar hasta hacerse dominantes, comportándose así como patógenos capaces de generar un daño o enfermedad.

Por otro lado, el estado hormonal de la mujer (edad fértil, premenopausia, menopausia y postmenopausia) también determina la microbiota vaginal porque los estrógenos (hormonas responsables de las características sexuales femeninas) juegan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio de la microbiota.

Cambios de la vagina en la menopausia

Durante la menopausia empieza a disminuir el nivel de las hormonas femeninas, principalmente de los estrógenos, lo que tiene consecuencias en diversos tejidos del organismo.  Las mujeres pueden notar que su pelo y su piel se vuelven más finos o secos. Pero también hay cambios internos, por ejemplo en la vagina. La pared vaginal se vuelve más fina y frágil, menos elástica y más lisa, con la progresiva reducción de los pliegues vaginales. Además, disminuye la lubricación vaginal durante el coito.

¿Sabía que la vagina es el órgano con mayor concentración de estrógenos del organismo? Por este motivo, la disminución de éstos a consecuencia de la menopausia produce una serie de síntomas que se conoce como atrofia vulvovaginal.

Estos síntomas, que afectan de manera diferente a cada mujer, son: sequedad vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, picor e irritación en la vagina e infecciones de orina de repetición, siendo la sequedad vaginal el síntoma más frecuente. Unas alteraciones en la vagina también pueden incrementar el riesgo de padecer infecciones o problemas en el tracto urinario de forma repetida.

Por tanto, durante la menopausia es muy importante un diálogo abierto y sincero no solo con su pareja, sino también con su médico de confianza, para enfocar la menopausia y la posible presencia de la atrofia vulvovaginal desde una perspectiva correcta. Hay diferentes técnicas y tratamientos para mejorar los síntomas y su ginecólogo le ayudará a encontrar la opción más adecuada para usted.

Mejor prevenir que curar

Al igual que hidratamos la piel o cuidamos nuestro cabello, también hay que mantener una buena salud vaginal. Sea cual sea la edad es recomendable seguir los siguientes consejos para que la vagina envejezca de forma saludable:

  • Evitar el uso de ropa interior ajustada o sintética.
  • Mejor utilizar prendas íntimas de algodón.
  • Mantener una buena higiene a diario. La limpieza de esta zona debe realizarse con sumo cuidado, retirando la humedad para evitar infecciones.
  • Durante la menstruación realizar una buena higiene exterior y no interna. Evitar los lavados vaginales.
  • Fortalecer el suelo pélvico antes, durante y después del embarazo.
  • Evitar la obesidad.
  • No fumar.
  • No automedicarse y consultar al ginecólogo si nota algún síntoma.
  • Cumplir con el tratamiento indicado.

Referencias

  • Menoguías de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia
  • Nappi RE, Climacteric 2015; 18: 233-240
  • Nappi RE, et al. Maturitas 2013; 75:373-379
  • Nappi RE and Kokot-Kierepa M. Climacteric 2012; 15:36-44

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